No hay nada más solitario que la eternidad. Y nada es más cómodo para nosotros que la
condición humana.
Esto es ciertamente otra contradicción, ¿cómo puede el hombre conservar los vínculos de
su humanidad y al
mismo tiempo aventurarse, con gusto y con propósito, en la absoluta soledad de la
eternidad?
Cuando logres resolver este acertijo, estarás listo para el viaje definitivo.
Castaneda
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